miércoles, 9 de septiembre de 2009

Mensaje del Presidente Calderón referente a la Presentación del Paquete Económico 2010


Dentro de unas horas, y en cumplimiento a lo dispuesto por el Artículo 74 de la Constitución General de la República, enviaré a la Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión, el Paquete Económico 2010, que incluye la Iniciativa de Ley de Ingresos, el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación y los criterios generales de política económica correspondientes al Ejercicio Fiscal 2010, para su análisis, discusión y, en su caso, aprobación.


El Paquete Económico considera la gravedad de las circunstancias que enfrentamos; en particular, el necesario fortalecimiento de las finanzas públicas, los cambios sustanciales que, a mi juicio, requiere México para recuperar el paso en la senda del desarrollo humano sustentable. Y en particular, se trata de un Paquete Económico centrado en la prioridad de abatir los niveles de pobreza extrema en el país. Es un presupuesto orientado al combate a la pobreza en México.


Tal como lo expresé hace unos días, es hora de cambiar y cambiar a fondo. Hoy refrendo mi convicción de emprender un cambio sustancial con los costos y los riesgos de diversa naturaleza que ello implica.


Lo he dicho y lo reitero, hoy tenemos que cambiar, no sólo porque es lo mejor, sino también porque ya no quedan otras alternativas; porque el tiempo y los recursos se nos agotan.


No podremos erradicar la pobreza extrema, garantizar el acceso a la salud y a la educación de calidad a todos los mexicanos si no contamos con finanzas públicas sólidas, con recursos públicos debidamente aplicados y escrupulosamente ejercidos.


Los recursos petroleros se han comenzado a agotar y la crisis económica ha afectado los ingresos del Estado.


Es por eso que hoy proponemos al Poder Legislativo un Paquete Económico que incluye una reforma a fondo de la Administración Pública, un reforzamiento sustancial del gasto social y el orientado al combate a la pobreza, específicamente; y una serie de reformas indispensables para el crecimiento económico, la competitividad y la generación de empleos en el país.


Como lo dije en mi Mensaje a la Nación el 2 de septiembre pasado: estos son tiempos difíciles y antes de pedir cualquier esfuerzo adicional a los mexicanos, el Gobierno tendría que ser el primero en poner el ejemplo.


Por eso, hoy estamos proponiendo una verdadera transformación y reducción en las estructuras del Gobierno y un cambio en la manera de hacer las cosas.
Así, como parte de la Reforma a la Administración Pública, se plantean las siguientes acciones:


En primer lugar. Se suprimirán tres Secretarías de Estado: la Secretaría de Turismo, que transferirá sus funciones a la Secretaría de Economía, tal y como ocurre en muchos países con fuerte tradición turística, como España, Francia o Canadá.


La Secretaría de la Reforma Agraria, cuyas funciones y programas principales se distribuirán entre la Secretaría de Desarrollo Social y la Secretaría de Agricultura.
Y la Secretaría de la Función Pública, cuyas funciones esenciales se desempeñarán por una Controlaría General de la Federación, dependiendo directamente del Presidente de la República.


Con estas y otras acciones, lograremos un ahorro presupuestario significativo en el 2010, el cual podría incrementarse en el 2011, una vez que termine el proceso de reestructura que realizaremos, respetando escrupulosamente los derechos de los trabajadores.


Habremos de hacer más con menos, para canalizar los recursos de todos los mexicanos a atender las verdaderas prioridades de la gente. Haremos también una serie de ajustes y propuestas en dependencias y entidades del Gobierno, a fin de hacerlas más eficientes, fusionando algunas y transformando otras.
En segundo lugar. Proponemos reducir las estructuras de altos mandos del Gobierno Federal. Además, durante el 2010 se adoptará, por séptimo año consecutivo una política de congelamiento de los sueldos de los mandos superiores y en los mandos medios.


Si a esto se añade la disminución del 10 por ciento en el salario de mandos superiores que decreté en diciembre de 2006, desde directores, subsecretarios, Secretarios y Presidente de la República, y que sigue vigente y seguirá vigente en el 2010; el poder adquisitivo de los altos servidores públicos del Gobierno Federal habrá ya disminuido en casi un 40 por ciento en los últimos años en términos reales.


Ante la difícil situación en la que viven millones de mexicanos, sabemos que es momento de ser sensibles y solidarios.
En tercer lugar. Planteamos disminuir el gasto correspondiente a Embajadas y representaciones de México en el extranjero, así como el gasto correspondiente a delegaciones de las Secretarías de Estado del Gobierno Federal en entidades federativas.


En cuarto lugar. Habremos de profundizar las medidas iniciadas en 2009, para reducir el gasto administrativo y de operación del Gobierno Federal, para lo cual, se reducirán sensiblemente los viáticos, los gastos de representación, así como las asesorías y consultorías.


En un país con las graves carencias que tiene México, el sector público debe ser sinónimo de servicio, nunca de privilegios.


La propuesta que estoy enviando al Congreso es un ajuste drástico y sin precedentes en el ejercicio del gasto público. Significa un esfuerzo inédito del Gobierno Federal, por un monto que podría alcanzar hasta los 80 mil millones de pesos, tan sólo en el ahorro y reducción de gasto.


Sin embargo, esto, independientemente de que es adicional a lo que ya se ha realizado, sabemos que no es suficiente.La crisis económica, la disminución de los ingresos petroleros por la reducción de la producción de petróleo que ha tenido el país, por la baja de los precios, también por la baja en la recaudación debido a la crisis que sufrimos en 2009, hacen necesario un esfuerzo adicional para fortalecer las finanzas del Estado.


Por eso, estamos proponiendo una serie de cambios en materia fiscal, los cuales serán detallados por la Secretaria de Hacienda, una vez que sean presentados a la consideración del Honorable Poder Legislativo.


Debe quedar claro que cualquier ingreso adicional que obtenga el Estado deberá destinarse a las necesidades esenciales de la gente.


A pesar de las difíciles condiciones económicas que estamos viviendo, a pesar de la necesidad de ajustar el gasto público y las finanzas, no podemos claudicar en nuestra meta de combatir la pobreza extrema y de mitigar los efectos de las crisis en los más pobres.


Es por eso que el Presupuesto que propongo tiene un énfasis, sin precedentes, en los programas de combate a la pobreza y en ese propósito debemos unirnos los mexicanos.


Estoy convencido que debemos todos contribuir para el combate a la pobreza, y eso es en esencia lo que estoy proponiendo en materia fiscal y en materia presupuestal.


Las medidas propuestas al Congreso generarían ingresos para ayudar a los mexicanos más pobres, que han visto afectado su bienestar por la crisis alimentaria y económica.


En suma, tomando en cuenta el ahorro derivado del esfuerzo de la austeridad de la Administración Pública Federal, y los recursos obtenidos con los cambios en materia fiscal, se generarán durante 2010 recursos adicionales por más de 180 mil millones de pesos, lo cual equivale a 1.4 del Producto Interno Bruto del país.
De aprobarse las medidas que aquí se proponen estaremos en posibilidad de activar una política audaz en el combate a la pobreza, una política que apoye directa y verdaderamente a las familias más necesitadas.


En particular, propongo un aumento sustancial a los Programas Oportunidades y Apoyo Alimentario, que en su conjunto pasarán de 49 mil 500 millones de pesos, a 74 mil 500 millones de pesos, es decir, un aumento de más del 50 por ciento, de 2009 a 2010.


Este incremento contempla la puesta en marcha de una nueva estrategia para dar a los hogares beneficiarios de Oportunidades y del Programa de Apoyo Alimentario una transferencia monetaria, un apoyo económico adicional a las familias más pobres por cada niño de hasta nueve años de edad. Además, apoyaremos a miles de familias que viven en condiciones de pobreza en las ciudades y que no recibían, hasta ahora, ninguna ayuda.


En esencia, las familias beneficiarias de Oportunidades pasarán de un poco más de cinco millones a seis y medio millones de familias; lo que significa que el programa clave para el combate a la pobreza estará beneficiando a casi 33 millones de mexicanos, casi una tercera parte de la población nacional y que es, precisamente, las familias que menos tienen en nuestro país. Se trata de contener el crecimiento de la pobreza extrema y de mitigar los efectos que las crisis, tanto económica, como alimentaria, han dejado en los más pobres.


Por otra parte, incrementaremos el Presupuesto del Seguro Popular en 20 por ciento, para avanzar a nuestra meta de hacer llegar atención médica, medicinas y tratamiento a cualquier mexicana o cualquier mexicano que lo necesite, sin importar su ingreso o lugar donde vive; es decir, avanzar hacia la cobertura universal de salud.


Aún en medio de la adversidad, se propone mantener y reforzar los programas que han demostrado su eficacia para ayudar a los grupos vulnerables como el Programa 70 y Más, y los Programas de Estancias Infantiles.


También haremos un enorme esfuerzo en materia de infraestructura social básica, sobre todo en comunidades indígenas.


Asimismo, se van a eliminar los programas que no han funcionado, y se van a usar esos recursos para fortalecer los programas que han demostrado su eficacia, con evaluaciones objetivas realizadas por instituciones independientes o profesionales en el ramo.


Es hora de concentrar y no de dispersar el esfuerzo en el combate a la pobreza. Las medidas fiscales que se proponen van, precisamente, en el sentido de procurar el esfuerzo solidario de los mexicanos para obtener los recursos que nos permitan, precisamente, combatir la pobreza.


Por ello, tal como me comprometí hace unos días, estoy presentando un paquete económico, que, además de fortalecer el gasto social, promueve el blindaje de los recursos para evitar cualquier abuso o cualquier desvío, a cualquier nivel de Gobierno y por cualquier autoridad.


Queremos garantizar que los apoyos del Gobierno lleguen hasta las personas que lo necesitan, quienes carecen de sustento diario.


Sin embargo, amigas y amigos, estas acciones, por sí solas, no bastan. Para que las familias puedan auténticamente salir de la pobreza, debemos profundizar y ampliar las reformas que nuestra economía necesita.


Por eso, en los criterios generales de política económica, he listado las acciones y reformas necesarias para generar más empleos, y crecer más rápidamente en la economía nacional.


En ese sentido, impulsaremos varias reformas de fondo. Por ejemplo:
Una serie de reformas en el sector financiero, para preservar su solidez, fomentar una mayor competencia e impulsar el crédito al sector privado y a los hogares.


Una reforma en materia laboral, que incluya nuevas modalidades de contratación, promueva la productividad de la inversión, respetando siempre los derechos de los trabajadores.


Una reforma al sector de telecomunicaciones, que garantice y acelere la convergencia de tecnologías, la cobertura de los servicios y la competencia equitativa entre los participantes para mejorar los precios y la calidad a todos los consumidores.


Una nueva generación de reformas para las empresas públicas del sector energético, a fin de que puedan proporcionar energéticos de calidad a precios más competitivos, nos permitan ampliar nuestra plataforma de producción petrolera y mejorar las reservas disponibles para las próximas generaciones.


Una reforma regulatoria de fondo. Queremos hacer del Gobierno un aliado y un promotor del desarrollo económico. Y por ello, en el curso del 2010, el país habrá de alcanzar una regulación base cero para el Gobierno Federal.


Otra reforma a la Comisión Federal de Competencia, para darle nuevas facultades y herramientas y asegurar, precisamente, una mayor competencia, reglas claras y autoridad capaz de hacerlas cumplir en la economía nacional.


Se propondrá también una ley de asociaciones público-privadas, que otorgue mayor certidumbre jurídica a los inversionistas para desarrollar proyectos de infraestructura.


Lanzaremos, además, una estrategia de estímulo en sectores clave para la economía, como el campo, el turismo y la vivienda. Lo haremos revisando los programas existentes, mejorando y disminuyendo la regulación y fortaleciendo los apoyos de la Banca de Desarrollo.


Asimismo, actuaremos con mayor decisión para promover nuestras exportaciones y diversificar nuestro comercio.
Señoras y señores:
La compleja situación que hoy vive México no deja espacio para las dudas o el inmovilismo, tampoco para el cálculo político o la división partidista.
Los problemas que enfrenta el país nos exigen pasar de la lógica de los cambios posibles a la lógica de los cambios de fondo, de los cambios necesarios.


Eso es lo que estamos proponiendo en esta agenda económica, contenida en el Paquete Fiscal para el Año 2010.


Convoco, respetuosamente, al Poder Legislativo a analizar, debatir, dialogar y, en su caso, si así lo consideran, aprobar estas propuestas, estas reformas y este Presupuesto.


Es tiempo de construir, mediante el diálogo, acuerdos para avanzar en las transformaciones que necesita el país. Y sé que habrá la altura de miras necesaria para poner por encima de cualquier interés particular el interés superior de la Nación.


Sigamos trabajando juntos para conducir a México al futuro; un futuro distinto y mejor, que anhelamos para nosotros pero, especialmente, para las generaciones por venir.


Muchas gracias.



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